Ecosistemas

Un ecosistema es el conjunto funcional y complejo que está formado por todas las especies que habitan un lugar (comunidad), los elementos no vivos del medio que rodea a estas especies (biotopo) y las relaciones que se establecen entre todos estos elementos, creando una interdependencia entre los organismos y su hábitat.

Los ecosistemas son importantes porque son los refugios naturales de las especies, poseen un gran valor para la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, para los seres humanos la mayor importancia de los ecosistemas radica en los beneficios que ofrecen a los seres humanos, por lo tanto, es importante conocerlos y conservarlos. Por ejemplo, la provisión de agua que llega a nuestros hogares, la cantidad y calidad de esta depende de la interacción de procesos ecológicos y biofísicos que ocurren en los ecosistemas por donde circulan las cuencas hidrográficas.

 

Ecosistemas de República Dominicana

Textos extraídos y adaptados de información oficial del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana y del Atlas de Biodiversidad de la República Dominicana, Santillana.

Ecosistemas Marinos

Manglar:

Se refiere a un grupo de plantas de tipo halófilas, que poseen adaptaciones para tolerar la salinidad en el sustrato y el agua, por tanto su presencia solo se encuentra en las zonas costeras marinas.

En la República Dominicana existen alrededor de 258Km² representados en las especies de mangle rojo (Rizophorae mangle), mangle negro (Avicennia germinans), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle botón (Conocarpues erectus).

En el país el manglar es económicamente importante, pues representa una fuente de alimentos para la mayoría de los organismos estuarinos y marinos que allí viven. Estos ecosistemas se caracterizan por la alta productividad, producción de materia orgánica, barrera contra la erosión de las costas, barrera natural contra la salinidad y las olas, ayudan a mejorar la calidad del agua, a la fijación de carbono como protección al cambio climático, entre otros.

Se estima que dos terceras partes de las poblaciones de peces en el mundo dependen del manglar, en uno o más de sus ciclos de vida. También son áreas de anidación y alimentación de muchas especies de aves y reptiles, siendo sus raíces el sustrato ideal para muchas especies utilizadas comercialmente.

Praderas marinas:

Las praderas de hierbas marinas son ecosistemas establecidos en aguas poco profundas, sirviendo de hábitat a especies de importancia ecológica (manatí antillano y tortugas) y económica (lambí y langosta), como determinantes de la calidad del agua en las zonas costeras y como protectores del suelo marino para evitar su erosión. Las principales especies que forman praderas marinas y que se reportan en las bahías, ensenadas de la República Dominicana son; Thalassia testudinum, Syringodium filiforme, Halodule wrigthii, Halophila decipiens.

Arrecifes de coral:

Es uno de los ecosistemas más productivos, donde se encuentra una gran variedad de peces, crustáceos y moluscos conformados por comunidades altamente complejas, que presentan una gran diversidad biológica. Se estima que en la isla de La Española existe alrededor de 57 especies diferentes de corales y una cobertura de 1,060 Km² equivalente al 5.3% de la superficie arrecifal de la región del Caribe.

Las especies de corales más comunes son: Acropora palmata, Diploria clivosa, Porites porites, P. asteroidess, Millepora complanata, Gorgonias ventalina, Plexaura homomalla.

La República Dominicana contiene varios tipos de formaciones arrecifales entre los cuales se destacan bancos oceánicos (Banco de la Plata y Banco de la Navidad) arrecifes de barreras, franja y parches.

Las playas:

Son ecosistemas costeros formados en secciones de la costa donde se acumulan sedimentos no consolidados tales como arenas, gravas y guijarros (cantos rodados) de diferente naturaleza y composición, que son movidos por las corrientes, el oleaje y el viento. El límite terrestre de una playa es el nivel más alto que alcanzan las olas y está marcado por un cambio abrupto en el nivel de un acantilado, una duna o el comienzo de la vegetación costera. El límite marino llega hasta donde el oleaje no ejerce su influencia.

Son ecosistemas dinámicos que presentan períodos de ganancia y pérdida natural de sedimentos por la dinámica costera de las corrientes marinas y el oleaje. Cada playa presenta un perfil el cual, para conservar el equilibrio, no debe sufrir interferencias en el libre movimiento de material no consolidado, por lo que debe mantenerse sin intervenciones.

Las playas representan un recurso natural muy valioso como escenario para el desarrollo del turismo; son zonas amortiguadoras que protegen la tierra del embate de las olas y constituyen un hábitat único para el desove de especies en peligro de extinción, como tortugas marinas. Estos ecosistemas se encuentran amenazados o degradados por extracción de áridos, mal uso y manejo de sus zonas, fragmentación, contaminación, destrucción de la vegetación terrestre original e introducción de especies exóticas. En la República Dominicana se han inventariado más de 200 playas con una extensión total de 408.1 km.

Para la República Dominicana las playas son un recurso natural muy valioso porque sirven de escenario para el desarrollo de actividades recreativas que soportan la principal actividad económica del país, el turismo.

Costa rocosa:

El litoral rocoso de acantilado comprende zonas costeras de substrato sólido, producto de alta erosión marina. Al estar expuesto a la acción constante de las olas, vientos, mareas y del sol, ofrece un ambiente oxigenado con abundante iluminación y una buena distribución de nutrientes.

La mayoría de las costas rocosas de la República Dominicana son terrazas coralinas, están distribuidas en 41 zonas que se extienden por 770.4 Km y ocupan 46.18% de la línea costera. Pueden constituir un atractivo turístico debido a sus características geomorfológicas. La principal amenaza de las costas rocosas es la contaminación producida por desechos urbanos e industriales.

(Mapa de Ecosistemas Costeros Marinos. Fuente: Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales)

 

Ecosistemas Terrestres

Vegetación halofítica:

La vegetación halofítica está determinada por la salinidad del suelo y la acción del viento. Se caracteriza por árboles de bajo porte, moldeados por la acción del viento y resistentes a la salinidad. Las especies vegetales características de la vegetación halofítica son la Uva de Playa (Coccoloba uvifera), y las 4 especies de mangle: mangle rojo (Rizophorae mangle), mangle negro (Avicennia germinans), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle botón (Conocarpues erectus). Dentro de la fauna asociada a la vegetación halofítica es posible observar anfibios y reptiles. Entre las aves se observa el flamenco (Phoenicopterus ruber), la cigüita del manglar (Dendroica petechia), entre otras.

Bosques secos:

La escasez de agua, la capacidad de retención del agua que presenta el suelo y las altas temperaturas determinan la vegetación del bosque seco. Muchas especies cactáceas se encuentran en esta zona, destacándose la guasábara (Cylindropuntia caribaea), la alpargata (Consolea moniliformis), entre otros cactus, y en los árboles la bayahonda (Prosopis juliflora), el guayacán (Guaiacum officinalis), candelón (Acacia scleroxyla) y cambrón (Acacia macracantha). La vegetación de los bosques secos generalmente desarrolla hojas modificadas a espinas que le ayudan a la retención del agua. Entre las aves comunes de observar en las zonas de bosque seco están la cigüita juliana (Vireo nanus), el pájaro bobo pico amarillo (Coccyus americanus) y el cuatro ojos (Phaenicophilus palmarum). Otros animales son las ranas, lagartos y la iguana ricordi (Cyclura ricordii).

Bosques semideciduos:

Épocas de sequía muy prolongadas caracterizan la vegetación de los bosques semideciduos, es decir, que pierden sus hojas en cierta época para protegerse de la desecación. La vegetación de esta zona se caracteriza por bosques de mediana altura que crecen sobre roca calcárea de origen coralino y de bosques con árboles de gran tamaño en zonas pantanosas con acumulación de materia orgánica. Muestras de este ecosistema están en las llanuras y rocas costeras y en las áreas pantanosas.

Los árboles más característicos de los bosques semideciduos son: almácigo (Bursera simaruba), gri grí (Bucida buceras), palma cana (Sabal domingensis), caoba (Swietenia mahgoni), ceiba (Ceiba pentandra), roble (Catalpa longissima). Entre las epífitas destacan las bromelias y orquídeas. Entre la fauna podemos observar ranas y lagartos, la culebra sabanera (Antillophis parvifrons), culebra colorá (Epicrates striatus) y la culebra verde (Uromacer oxyrhynchus). Dentro de las aves se observan el barrancolí (Todus subulatus) el zumbadorcito (Mellisuga minima) y la rolita (Columbina passerina)

Bosques latifoliados siempre verdes:

Los bosques latifoliados siempre verdes se dividen en dos grandes grupos: los bosques pluviales y los bosques nublados. En los bosques pluviales predominan los árboles de hasta 35 metros, el clima es húmedo tropical y la pluviometría es muy alta. Los bosques nublados se encuentran en zonas montañosas y se caracterizan por estar cubiertos de nubes, lo que provoca una alta humedad y bajas temperaturas. Existe una gran abundancia de helechos, orquídeas y bromelias.

En cuanto a las plantas, los bosques latifoliados siempre verdes son los más ricos en diversidad de flora de toda la isla. Entre los árboles más representativos de estos bosques están el copey (Clusia rosea), el palo de cruz (Podocarpus hispanoliensis) el chicharrón (Sloanea ilicifolia), palma de manacla (Prestoea montana), ébano verde (Magnolia pallescens) caimoní o ébano de Bahoruco (Magnolia hamorii) entre otras especies. En la fauna, algunos de los animales asociados a la vegetación de los bosques latifoliados siempre verdes son la cotorra (Amazona ventralis), el perico (Aratinga chloroptera) y el carpintero de sierra (Nesocities micromegas).

Pinares:

Se caracterizan por tener un predominio de pinos, especialmente de la especie endémica Pinus occidentalis. Estos bosques se encuentran en zonas altas de la Cordillera Central, principalmente, y en la sierra de Bahoruco. Sin embargo, se puede encontrar en zonas bajas que generalmente han sido alteradas, especialmente por el fuego. La flora de los pinares no es muy rica en biodiversidad, ya que los principales inconvenientes que presentan las especies son la altitud, el clima y la escasez de sustrato en el suelo. El pino criollo o pino de cuaba (Pinus occidentalis) es la especie arbórea más característica; también se destacan el maguey (Agave antillanum) el palo de reina (Lyonia heptamera) y el pajón (Danthonia domingensis). Al igual que la flora, la fauna está condicionada al medio. Las inclemencias del clima y la falta de vegetación que proporcione una mayor diversidad de alimentos son los factores predominantes para las especies animales que aquí habitan. Las especies de aves son las más representativas del ecosistema, con el chi-cuí (Todus angustirostris), la cigüita de Constanza (Zonotrichia capensis) y el papagayo (Priotelus roseigaster).

Vegetación de los humedales de agua dulce:

Los humedales de agua dulce se caracterizan por la presencia o ausencia de agua en tiempos lluviosos o secos, y la cercanía o lejanía del agua. La vegetación de humedales de agua dulce se encuentra en las cercanías de los ríos, arroyos, cañadas y lagunas de toda la isla. Dentro de los ecosistemas de vegetación de humedales de agua dulce se encuentran dos tipos principales de bosques: vegetación acuática y bosques ribereños. La vegetación de los humedales de agua dulce es la misma de las zonas circundantes a la región donde está localizado el cuerpo de agua, con excepción de la región donde existe el bosque seco. Especies como gri grí (Bucida bucera), javilla (Hura crepitans), amacey (Tetragastris balsamifera), palo de viento (Didymopanax tremulus) son comunes. La fauna asociada a la vegetación de los humedales de agua dulce está caracterizada por especies acuáticas o relacionadas a este medio. Dentro de las aves, los patos y garzas son comunes en estos ecosistemas, ejemplos de estos son el zaramagullón (Podilymbus podiceps) y la garza real (Egretta alba). Entre los reptiles la tortuga terrestre (Trachemys decorata y Trachemys stejnegeri).

(Zonas de vida y mamíferos endémicos y nativos amenazados. Fuente: Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales)

 

Servicios que nos ofrecen los ecosistemas

Los servicios ecosistémicos son los beneficios que el ser humano obtiene directa o indirectamente de los ecosistemas con el fin de producir su bienestar y el de la colectividad. Son determinantes para poder garantizar bienes y materiales básicos para la vida, seguridad, salud y buenas relaciones sociales.

(¿Cuáles son los servicios ecosistémicos? Fuente: proyecto GEF de Reingeniería de Áreas Protegidas)

 

Los servicios ecosistémicos se clasifican en los expuestos a continuación:

Servicios de provisión

Bienes y servicios que pueden obtenerse a partir de los ecosistemas para satisfacer las necesidades individuales y colectivas como la alimentación, materia prima para la industria, abastecimiento de agua y recreación.

(Servicios ecosistémicos de provisión. Fuente: proyecto GEF de Reingeniería de Áreas Protegidas)

 

Servicios culturales

Garantizan innumerables beneficios intangibles que provienen de servicios no materiales generados por los ecosistemas. Están relacionados a los individuos y a las comunidades a las que pertenecen y definen la relación de la comunidad y la percepción que tienen de su entorno.

(Servicios ecosistémicos culturales. Fuente: proyecto GEF de Reingeniería de Áreas Protegidas)

 

Servicios de regulación

Garantizan la estabilidad de las características que requiere el ecosistema para generar los demás servicios ecosistémicos que benefician a los seres vivos. Son esenciales para la estabilización de los ecosistemas.

Servicios ecosistémicos de regulación. Fuente: proyecto GEF de Reingeniería de Áreas Protegidas)

 

Servicios de soporte

Conocidos como servicios ecosistémicos de base, determinan la existencia de los ecosistemas y de los servicios que estos producen.

Servicios ecosistémicos de soporte. Fuente: proyecto GEF de Reingeniería de Áreas Protegidas)

 

Servicios de legado o herencia

Son los que su valor radica en el no uso, y en conservarlos en su estado óptimo con el objetivo de que pasen de una generación a otra.

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