Cuando pensamos en la aventura que sería el primer Dominican Gastro Tour, sabíamos que se trataría de probar más comida dominicana en New York. Lo que nunca imaginamos que el Mofongo sería el protagonista de este recorrido inédito en suelo estadounidense.
Detenidos en el semáforo de Washington Heigts de la St. Nicholas con 182nd buscábamos en el movil la ubicación exacta del Airbnb que nos acogería por nueve días mientras hacíamos realidad el primer recorrido por restaurantes y productores dominicanos en New York.
Recuerdo que buscando el nombre de la calle reconocí un tumulto de personas que me resultó familiar por su presurosa forma de moverse. Su tono alto al hablar, su idioma, pero sobre todo por eso olor tan peculiar a…¡habichuelas con dulce!, no daba lugar a duda, estaba en Washington Heights
_Pare!!, casi le grite al chofer, que casualmente también era dominicano.
De manera casi instintiva entendió que aunque cambiara a verde el semáforo no nos moveríamos de allí hasta que probáramos las habichuelas, y como es usual entre nosotros, bajo el cristal del carro y gritó:
_Oye!!, dame un vasito de la clásica!. Luego me enteré que Doña Nena, la reina de las habichuelas con dulce, en sus más de 30 años ha logrado una popularidad tal, que vende diferentes versiones de este popular postre. La nuestra fue la clásica, sin granos, con batata, sus redondas galletitas de leche y muy caliente.
Creo que no pude tener una más cálida bienvenida a la ciudad de New York. Así llegué, con las manos calientita de los sabores de mi tierra, con el orgullo revoltia’o.
Nuestro recorrido gastronómico por restaurantes y productores dominicanos de la ciudad de New York inició el martes 9 de octubre. Abrimos al estilo urbano dominicano con Empanadas Monumental de Eliezer Bueno. En la calle 181 de la comunidad de Washington Heights, Empanadas Monumental representa la opción del dominicano que busca un desayuno simple, rápido y calórico.
Rellenas de queso, salsa pizza, pollo y pollo queso, latinos y americanos paran por una empanada, un patacón, pastel en hoja o Yaroa. Nada complejo, sin añoranzas ancestrales, pero si recordando ese apego a la fritura que caracteriza al dominicano de los últimos 30 años.
Eliezer, es un gran conocedor de la cocina dominicana en New York. Gracias a su colaboración, la Global Foundation for Democracy and Development, a través de su iniciativa Dominicanaonline.org, que eleva los valores culturales dominicanos en la diáspora estadounidense,organizamos este 1er. Dominican Gastro Tour 2018. Montamos además dos actividades formativas: el taller “Escritura gastronómica para Foodies” y la charla “La comunicación digital y su papel en la difusión de la gastronomía dominicana”.
Gracias a las recomendaciones de Eliezer, almorzamos en La casa del Mofongo. Si hay algo que me llamó la atención al finalizar el recorrido es el apego al mofongo y al churrasco que existe entre los comensales. Tanta es la popularidad de ambos que es difícil no encontrarlo en cualquier lugar que se precie de ofrecer nuestra comida, y están calificados por los restauranteros como los platos con mayor salida.
La casa del mofongo, ubicado 1447 de la calle St Nicholas es un restaurante peculiar donde encontré el más amplio menú de combinaciones de mofongo. La lista se compone de 30 acompañantes distintos entre los que es posible encontrar algunas extrañas combinaciones como mofongo con arenque, con bacalao, almejas, con salami, con vegetales. Tiene además un bar de Sushis, un asadero de pollo y un área para desayunos rápidos como sándwiches y jugos al estilo Payán.
El mofongo está bien representado por este restaurante que mantiene lo clásico innovando solo en sus acompañantes y destacándose por el gran tamaño de las porciones. Si no eres loco con los mofongos, de todas formas es muy probable que llegues a visitarlo ya que es uno de los lugares con mucho espacio para presentaciones artísticas de merengueros y comediantes.
Nuestro primer día finalizó con una cena en Café Rubio, un restaurante de Queens ubicado en el 9805 de Northern Blvd, Corona.
Juan Romero es un restaurantero oriundo de Jarabacoa que en el 2001, y a pesar de la tragedia del 11 de septiembre, decidió abrir este restaurant y desde entonces solo ha hecho crecer y afianzarse en la comunidad dominicana que valora su liderazgo y primacía en el área de Queens.
“El Rubio” como le conocen, se empeña en recordar sus raíces. Recientemente ha ampliado su restaurante y ha colocado una inmensa foto suya de cuando era niño mientras jugaba en los campos de su tierra.
Romero tiene la fama de preparar la mejor guinea al vino, y tengo que reconocer que casi fue el único de los restaurantes que ofreció este plato que cada vez es más raro encontrar, incluso en nuestro restaurantes de República Dominicana.
En nuestro país la guinea ha pasado a ser casi un plato exclusivo de celebraciones puntuales. La fama de la guinea del Rubio es justificada y es la causa por la que se trasladan desde cualquier lugar de New York. Jugosa y tierna, una cualidad muy apreciada en este tipo de carne, y luego el intenso sabor criollo que caracterizan a carnes como la guinea y el chivo donde el orégano lleva la delantera.
Otro hallazgo curioso es que nosotros viviendo en una isla no consumimos ni la ¼ parte de los camarones, calamares y langostas que incluyen los platos acá. Por eso no es de extrañarse que los mariscos, en cualquier tipo de salsa, sean el acompañante ideal para los mofongos.
Aunque los restauranteros se habían comprometido con presentar tres platos para su degustación, fue difícil limitarlos y tan pronto comenzamos probar, los platos se multiplicaban. Y por ese entusiasmo sin contención terminamos probando otro mofongo, el de yuca que sale con vieiras y camarones.
En todos los casos, el mofongo sigue teniendo como base el chicharrón, aunque se haga acompañar de variantes que van desde embutidos, vegetales, pescados y mariscos.
De vuelta al apartamento, se escapó un suspiro de satisfacción e ilusión. Puse mi cabeza en la almohada entusiasmada por el camino que apenas empezabamos a recorrer. Reflexióné sobre las historias detrás de cada lugar que visitamos y de la popularidad de los mofongos en esta comunidad dedominicanos. Casi puedo decir que han sustituido la bandera: arroz, habichuelas y carnes; por el plátano majado con ajo y chicharrón de puerco.
Mañana será otro maravilloso día, me dije antes de cerrar los ojos. Hablar de la cocina de mi país estando en el extranjero tiene un toque particular, distinto. De repente te sorprendes a ti mismo sintiendo un orgullito que no sueles identificar cuando estás en “el patio”.
Sentí una gran responsabilidad de hablar con propiedad, con justicia y a la vez tratando de motivar a mis seguidores a probar mi comida, la dominicana, donde quiera que la encontraran.
Es mucho lo que cada uno puede hacer desde su perfil de redes sociales o blogs para promover los valores de su tierra. Te animo a aprender cómo hacerlo de la forma más estratégica visitando nuestros servicios de comunicación especializada en gastronomía y turismo haciendo clic aquí: https://elainehernandez.com/#section06
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