Cuando el dominicano Albert Pujols regresó por primera vez al Busch Stadium en el 2019 como miembro de los Angelinos, dijo que no tenía idea de cómo iba a ser recibido por los fanáticos que lo habían reverenciado por 11 años en los Cardenales.
Al final, recibió una atronadora ovación e incluso tuvo que salir del dugout un día después para saludar a los fanáticos tras dar un jonrón por el equipo rival.
Pujols sabe cual será la reacción de los fanáticos de los Cardenales esta vez, ahora que regresa para jugar en la franquicia con la cual ganó dos Series Mundiales y tres premios a Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.
Por un lado, no ve la hora de que llegue el partido inaugural para dar inicio a la que será la última temporada de una carrera más que digna del Salón de la Fama. Por el otro, Pujols dijo que no quiere tratar de anticipar cuál será la reacción de los aficionados (parecido a lo del 2019) y prefiere dejar que el momento fluya orgánicamente y saborearlo hasta la última gota.
“Yo soy el tipo de persona que no le gusta pensar mucho en lo que viene. Trato de dejar que las cosas pasen”, expresó Pujols, quien algún día podría tener una estatua afuera del Busch Stadium del mismo tamaño que la de Stan Musial.
“No quiero poner expectativas, porque me gusta sorprenderme, así que simplemente voy a disfrutarlo. Seguramente será bien emocionante para mí. Y también para los fanáticos. Pero mi enfoque ahora mismo es hacer lo que tengo que hacer para estar listo para esta temporada”, agregó.
Qué campaña especial debe ser esta, con Pujols a sus 42 años y su gran amigo en el béisbol, el receptor puertorriqueño Yadier Molina, habiendo declarado cada uno que ésta será su última temporada. Adam Wainwright, otra pieza de los campeonatos obtenidos en el 2006 y el 2011, también ha ponderado la idea del retiro. Un campeonato más, dijo Pujols como si estuviera soñando en voz alta, sería la despedida perfecta para estos tres íconos de la franquicia de los Cardenales.