El béisbol constituye el deporte preferido de los dominicanos, no sólo como juego o pasatiempo, sino como parte del orgullo e identidad nacional. Cientos de peloteros en las ligas grandes y menores nacieron en la República Dominicana y permanentemente son los responsables de que los dominicanos se sientan orgullosos, y lo celebran a mucha honra con gran algarabía en todo el país.
En el mes de octubre de cada año se da inicio al Campeonato Invernal de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, con la participación de destacadas figuras de las Grandes Ligas. Este evento finaliza en enero del año próximo. Durante los meses que dura este campeonato, el pueblo dominicano está en permanente fiesta y ansiedad, pendientes a cada detalle de los “juegos de pelota” entre los principales equipos: Tigres del Licey, Leones del Escogido, Águilas Cibaeñas, Estrellas Orientales, Gigantes del Cibao y los Toros del Este. Todos los demás temas de la agenda pública parecieran pasar automáticamente a otro plano, pues el dominicano “está en pelota”. Pocas cosas apasionan más a los dominicanos que el béisbol.
Al igual que las otras antillas españolas y que las zonas costeras de los países hispanos continentales que comparten la cuenca del Caribe, República Dominicana hizo suyo un deporte que hoy habla tanto de la dominicanidad como su bandera de cuartos encarnados y azules o su merengue.
¿Sabías que? El juego de «vitilla» en República Dominicana es un juego popular derivado del béisbol, surgido a fines de la década de 1970. Para jugarlo se utiliza como pelota una tapa plástica, por lo general de un “botellón” de agua para consumo humano de 5 galones; y un «palo» generalmente de escoba o de “suape”, como bate. Se juega principalmente en las calles de los barrios o en cualquier área que se destine para los fines (un parqueo, una cancha o un parque, por ejemplo). Este deporte, que es una fiesta popular pues genera mucha pasión y algarabía tanto en los jugadores como en los espectadores, es un pasatiempo criollo completamente informal, sin ningún carácter profesional.
En el territorio nacional, el béisbol se inicia a finales del XIX. No hay consenso sobre la fecha exacta, pero se sabe que en la última década del citado siglo reducidos grupos de personas practicaban ese deporte.
El primer equipo formalmente establecido es el Ozama, al que le siguen pronto otras novenas. Es que la popularidad del juego creció rápidamente, ya que la población vio en él una forma para descargar las frustraciones causadas por los conflictos políticos y económicos que mantenían al país en constante inestabilidad.
Para inicios de la década del 20 ya el valor de los jugadores dominicanos es reconocido en otros países. En el 1922, el lanzador Baldomero Ureña (Mero) es contratado por el equipo Ponce de Puerto Rico y poco tiempo después, en el 1925, se convierte en el primer pelotero criollo en ser llamado a jugar con un equipo norteamericano, el Allentown. Otros beisbolistas también comienzan a integrarse a ligas extranjeras, especialmente de Puerto Rico y Venezuela, en tanto que jugadores estelares de Cuba y Puerto Rico vienen a participar en los campeonatos nacionales. La cantidad, calidad y alto costo de los importados (sobre todo de Cuba) para la serie nacional del 1929, hace que la misma sea recordada como el “campeonato de lujo”.
Hasta el 1936 no se realiza otra serie nacional. Su re-implementación viene de la mano de la tiranía de Trujillo, quien instrumentalizó esta actividad deportiva para sus fines de manipulación, poder y glorificación personal. Por eso no escatima recursos para traer en el 1937 a parte de los mejores jugadores de la liga negra de los Estados Unidos de entonces. La inversión de dinero fue tanta que el país tuvo que quedarse sin pelota profesional por 14 años.
En los años cincuenta, a la par que se reestablecen y refuerzan los campeonatos nacionales, debutan los primeros dominicanos en las grandes ligas estadounidenses. Osvaldo Virgil inaugura en 1956 una tradición que no hace más que fortalecerse y enriquecerse con el paso del tiempo. Junto a él, Felipe y Mateo Rojas Alou, Juan Marichal, Julián Javier, Ruddy Hernández y Guayubín Olivo integran el grupo de pioneros nacionales que ayudan a abrir un espacio para los criollos en el béisbol profesional norteamericano.
Para conocer cuáles dominicanos están actualmente activos en las Grandes Ligas del Béisbol Profesional, visite: http://mlb.mlb.com/rd/active_players.jsp
¿Sabías que? Pedro Martínez, ex lanzador dominicano que jugó en las Grandes Ligas de Béisbol, ocho veces All-Star, tres veces ganador del Cy Young y campeón de la Serie Mundial de 2004, es exaltado al Salón de la Fama de Béisbol de Cooperstown en el año 2015.
Cientos de jugadores dominicanos han participado en las grandes ligas a lo largo de la historia. Uno de ellos, Juan Marichal, ha entrado de pleno derecho al Salón de la Fama de Cooperstown, otros dos –Felipe Rojas Alou y Tony Peña– han llegado a dirigir equipos, y muchos otros han obtenido premios y reconocimiento por su excelente desempeño, por mencionar solo algunos ejemplos. La exportación de peloteros, la importación de jugadores extranjeros y los triunfos de la selección nacional en la Serie del Caribe, demuestra el nivel y la calidad del béisbol profesional que se juega en República Dominicana.
¿Sabías que? David Ortiz, mejor conocido como ‘Big Papi’, es otro gran ejemplo de un pelotero dominicano con una impecable carrera profesional en las Grandes Ligas, donde participó desde el 1997 hasta el 2016, cuando se retira del deporte. Ortiz fue 10 veces All-Star, tres veces campeón de la serie mundial, y entre los mejores 20 del mundo en toda la historia del béisbol, en home runs (541 en toda su carrera).
Se sabe con precisión que el 17 de junio de 1898 se fundó en la ciudad de Santo Domingo el Base-Ball Club, el cual tuvo como presidente honorario al administrador de la Cervecería, William Orr. También se sabe que pronto empezó a expandirse a otros poblados –de hecho otras tres comunidades, Santiago, San Pedro de Macorís y La Vega, se disputan la primacía del juego de béisbol organizado en el país.
Desde el inicio el béisbol se hizo muy popular, habilitándose solo en la capital, en el período que va desde el 1894 al 1910, al menos dos espacios de importancia para su práctica; estos son los terrenos denominados “la Sabana del Estado”, en las afueras, y la Plaza Colombina en la ciudad intramuros. Posteriormente, en el segundo decenio del siglo XX, se sumaron otros: el llamado “Patio de los Báez”, conjunto de solares ubicados entre las calles Padre Billini y Arzobispo Portes; El Gimnasio Escolar (1911); y el Licey Park, en Villa Francisca, inaugurado el 4 de octubre de 1914.
El primer equipo de cuya existencia se tiene registro es el Ozama. Para enfrentarse a éste es que se crea el Licey (7 de noviembre de 1907), hasta la fecha el conjunto de mayor tradición y empuje en la historia del béisbol dominicano. Es la época de auge de la industria azucarera y su capital foráneo; la de la negociación del pago de los inmensos empréstitos internacionales que estaban siendo reclamados por los acuciantes acreedores estadounidenses; la de la consiguiente expropiación de las aduanas nacionales; y la de la alta inestabilidad política con los gobiernos que se suceden sin control y las revueltas montoneras. Quizá como consecuencia y en parte cauce de toda esa agitación, cada vez prende más en el pueblo este deporte, surgiendo otros muchos grupos en todo el país. Aunque por lo general de vida efímera, se pueden mencionar los siguientes equipos: En Santo Domingo, Casino, Santo Domingo, Receptoría, Gimnasio Escolar (apenas duró un año), Nuevo Club (1911), el equipo de la Escuela de Agricultura, el de la Escuela Normal, los de los planteles educativos Trinitaria y Duarte, San Carlos, Columbia y Patria, Legalista (1914) y Herold (1914); en Santiago, Yaque y el Inoa (1912); Unión de Azua (1910); Macorís, de San Pedro de Macorís (1910).
En este momento histórico tan caldeado se realizan los primeros campeonatos nacionales (1911); se contrata por primera vez jugadores extranjeros para reforzar los equipos locales (en 1912, el Licey importa jugadores cubanos en el curso del campeonato nacional de ese año); se celebra en suelo dominicano la primera serie internacional, enfrentándose un combinado nacional (“Escogido Dominicano”) con el equipo Ponce de Puerto Rico; y hasta se publica una revista ilustrada dedicada exclusivamente al acontecer del béisbol, titulada La Pelota y dirigida por Luis Eduardo Betances (1913). Partidos, series y campeonatos nacionales y locales con masiva concurrencia y amenizados con música, alegres celebraciones de los fanáticos por la victoria de sus equipos, y la inclusión de la disciplina en los juegos olímpicos nacionales aun cuando no formara parte de los Juegos Olímpicos Mundiales (1915), denotan la efervescencia que tenía ese juego en el espíritu dominicano.
Que los políticos de la época estaban conscientes de ello es claro. En la inauguración del Licey Park, la primera bola es lanzada por el entonces presidente de la República, Dr. Ramón Báez (1914). En el 1913, el vicecónsul de los Estados Unidos en el país, Mr. Bohr, funge como árbitro en un partido entre Nuevo Club y Licey. Ese mismo año, el ministro norteamericano designado en la República Dominicana refiere al Secretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, entre otras cosas, que no se podía minimizar la importancia que la popularidad del béisbol estaba teniendo en el país, ya que de manera indudable podía ser “ a real substitute for the excitement of revolutions ”, un verdadero substituto para la excitación de las revoluciones (Naboth’s Vineyard, Sumner Welles, Vol.II, p.722, Savile Books, 1966).
Desde muy temprano los dominicanos vieron en el campo de juego el escenario para librar y ganar las batallas que en la vida cotidiana parecían perder constantemente. Durante la intervención estadounidense (1916-1924), además del frente semi-anárquico que opusieron los gavilleros en las montañas, o el que cívicamente formularon los intelectuales de las principales ciudades para dar constancia de su sentida protesta, el béisbol se convirtió en el medio con que la población llana compensaba mínimamente sus frustraciones ante el invasor extranjero. Los partidos entre equipos dominicanos y novenas formadas por los marines y militares de la patria de Abraham Lincoln eran verdaderas gestas patrióticas en las que se “peleaba” la dignidad nacional. De ahí que se formaran fuertes equipos locales, uno de los cuales, “El Escogido” (1921), fue fruto de una triple alianza entre los conjuntos Delco Light, Los Muchachos y San Carlos. La prensa reseñaba por todo lo alto cada partido ganado por los equipos criollos, que fueron mayoría. Luego de una connotada victoria del Licey frente a un ‘team’ de los marines, una crónica periodística decía: “Los teams U.S.M.C. no ganarán aquí ni un solo desafío beisbolero porque son sencillamente inferiores a los nuestros. La cultura física de nuestros mal alimentados chiquillos es superior a la de los blancos coloradotes y rollizos”.
Ya mucho antes de la intervención, se habían realizado partidos entre equipos locales y conjuntos de buques americanos que atracaban en las costas del país. Fue precisamente en uno de ellos, realizado el 20 de septiembre de 1914 entre el Nuevo Club y los marinos del acorazado Washington, que el pelotero dominicano Indio Bravo (Enrique Hernández) lanzó el primer juego sin hit en la historia del béisbol criollo, ponchando a 21 jugadores y dejando sólo que uno, por error, llegara a primera.
La valía de los jugadores dominicanos tuvo que ser pronto reconocida. En 1922, sale por primera vez un equipo nacional a jugar al extranjero. Es el Licey que, reforzado con jugadores de otros equipos y bajo el nombre de “Estrellas Dominicanas”, va a jugar a Puerto Rico y allí gana 6 de 11 encuentros. Debido a su brillante juego, peloteros comienzan entonces a ser contratados por equipos de países vecinos un año después. El primero es el lanzador del Licey Baldomero Ureña (Mero), quien es firmado por el equipo Ponce, de Puerto Rico. Le siguen inmediatamente varios más, también contratados para jugar en Puerto Rico: Ninín, Ernesto Sánchez, Mateo de la Rosa, Guagua Vargas, Fellito Guerra y el famoso Tetelo Vargas. Este último apenas tenía 17 años de edad y fue contratado por el Humacao Starts. Vale agregar que en 1925, Baldomero Ureña (Mero) obtiene otra primacía al convertirse en el primer dominicano que es llamado a jugar para un equipo norteamericano, el Allentown.
En los años inmediatos se intensifica la participación de los jugadores nacionales en ligas foráneas, así como la de beisbolistas extranjeros en las locales. El campeonato nacional del 29 es especialmente recordado como el “campeonato de lujo”, por la enorme cantidad de peloteros importados (de Cuba y de Puerto Rico) a quienes se les pagaba con sueldos altísimos. La participación de los dominicanos fue mínima, llegándose a decir del Escogido, por ejemplo, que “era un equipo cubano reforzado con el maravilloso Tetelo Vargas”. El gasto fue tan extremo para la economía del país que durante los siguientes siete años, es decir, hasta el 36, no volvieron a celebrarse las series nacionales, por lo que muchos de los que entonces eran jugadores profesionales tuvieron que irse a Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos. En esa última temporada de los años 20 se batieron los equipos del Licey, Escogido y Sandino (surgido en 1928) de Santiago, al que la prensa capitaleña llamaba “las Águilas Cibaeñas”.
El primer período de la dictadura Trujillista fue muy pobre para el béisbol profesional. La resaca económica del campeonato de lujo del 29 y el Ciclón San Zenón que destrozó al país y con él a los estadios de béisbol de la capital (los del Gimnasio Escolar y el del hipódromo La Primavera) afectaron el desempeño de los equipos. Aun así, Trujillo sumó inmediatamente esta actividad deportiva a sus herramientas de poder, manipulación y glorificación personal tanto a nivel local como internacional.
En este sentido, una de sus primeras medidas fue la formación del equipo General Trujillo, el cual inició en 1931una gira por Latinoamérica. Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Nicaragua y México fueron los países visitados en un periplo que tuvo que extenderse más de la cuenta, debido a que a causa de una estafa el grupo se quedó sin dinero para regresar cuando lo tenía previsto. Dos de los jugadores (llamados Ninín y Titico) debieron trabajar en Cartagena para costear los pasajes.
Todos los campeonatos nacionales que se celebraron en el curso de la tiranía fueron titulados con alguna referencia directa a Trujillo y a su familia. De esta suerte tenemos que al del 1936, con el que se reestablece la serie, se llamó “Certamen Mayor Trujillo” (disputaba la Copa Julia Molina); al del 1937, “Reelección Presidente Trujillo”; “Campeonato Era de Trujillo” (1951); “Pro Elección del General Héctor B. Trujillo Molina” (1952); “Leonidas Radhamés” (1953); “Campeonato Benefactor” (1954); “Campeonato Padre de la Patria” (1955-1956); “Campeonato Reelección Presidente Trujillo” (1956-1957); Campeonato Leonidas Radhamés” (1957-1958); “Campeonato 24 de Octubre”, Trujillo nació el 24 de octubre de 1891, (1959-1960).
Famoso fue el campeonato nacional de 1937 por la cantidad y calidad de jugadores extranjeros contratados y la cantidad de dinero erogado para costearlo. Dado que la corona de la temporada anterior (1936) había quedado con el equipo de las Estrellas Orientales de San Pedro de Macorís, Trujillo unificó los equipos de la capital y creó los “Dragones de Ciudad Trujillo” (4 de marzo de 1937), a los que se ocupó de dotar de los mejores refuerzos extranjeros que podía conseguir.
La consigna era vencer a como diera lugar y por eso no reparó en gastos. Este y los otros contrincantes se nutrieron de jugadores estelares de la liga negra de Estados Unidos y de cubanos, entre los que cabe destacar a Statchel Paige, George Scales, Martín Dihigo, Clyde Spearman, David Thomas, Lázaro Salazar, Santos Amaro, Cocaína García, Ramón Bragaña, William Perkins, Silvio García, Rodolfo Fernández, Chester Brewer, Ernest Carter, Josh Gibson, Harry Williams, Leroy Madlock, James Bell, Sammy Bankhead y Eustaquio Gutiérrez (árbitro cubano).
El salario promedio de estos jugadores importados era de $150 pesos mensuales –los dominicanos solo obtenían 24 pesos al mes-, pero se llegó a pagar mucho más. Por Martín Dihigo y Josh Gibson se pagó $2,500 pesos para cinco semanas de juego, a dos partidos por semana; mientras que ocho jugadores significaron a Dragones Ciudad Trujillo la suma de $30 mil dólares. Como bien señala el Dr. en Historia Joseph Arbena, una de las consecuencias que tuvo este tipo de medidas tomadas e incentivadas por la Dictadura fue la de convertir a la República Dominicana, antes que a ningún otro país (incluyendo los Estado Unidos), en el lugar en donde se reunían y jugaban juntos beisbolistas que en sus países estaban separados -blancos, negros, mulatos, mestizos, cubanos, mejicanos, puertorriqueños, norteamericanos.
La búsqueda de beisbolistas para el campeonato del 37 ocasionó un escándalo en Estados Unidos y un ‘impasse’ diplomático entre los dos países: En virtud de que los sueldos ofrecidos eran más elevados que lo que se estilaba en la vecina nación, los peloteros no dudaron mucho en aceptar, lo cual hizo que los dirigentes de los Pittsburg Crawfords y Homestead Grays acusaran a un agente dominicano y al cónsul dominicano que lo acompañaba de intento de robo de sus jugadores, poniéndolos a ambos en prisión. El Gobierno y la Cancillería dominicana debieron intervenir; consiguieron su libertad luego del pago de 500 dólares de fianza.
Por su lado, los jugadores norteamericanos que se decidieron a venir a la República Dominicana fueron expulsados de la Liga Negra de Béisbol por haber abandonado sus equipos. Statchel Paige, uno de los expulsados, creó su propio conjunto al que llamó Trujillo All-Starts, logrando ganar en el torneo Denver Post.
A despecho de los jugadores que tuvo a su disposición, no fue sin mucha dificultad que Dragones de Ciudad Trujillo consiguió hacerse con la victoria; la directiva del equipo hizo venir desde Haití a un sacerdote vudú para que lo «ayudara» a obtener la victoria.
Fue enorme la inversión de recursos económicos en el campeonato del 37, y otra vez tuvo el país que quedarse sin pelota profesional. Por 14 años, hasta el 1951. De ahí que el período subsiguiente se caracterizara por el fortalecimiento del béisbol amateur. Se calcula que en el año 1944, entre sábado y domingo, se verificaban en la capital más de 15 partidos, con una participación de alrededor de 30 equipos y más de 350 peloteros. Además, se inauguraron dos nuevos espacios para la celebración de los encuentros, el Molinuelo Park (1943) y el Hipódromo Perla Antillana, que incluía un ‘play’ (1944). Toda esta actividad dio lugar a que en 1948 República Dominicana ganara el campeonato mundial de béisbol amateur, celebrado en Colombia.
Los integrantes de uno de esos equipos de Santiago fallecieron en lo que se considera la tragedia más grande que ha sufrido el deporte dominicano. Volvían a su ciudad en avión luego de celebrar dos partidos en la ciudad de Barahona. El aparato se precipitó debido al mal tiempo. Murieron 32 pasajeros y, entre ellos, 18 jugadores.
El letargo en cuanto a la práctica profesional no fue impedimento para que nuestros mejores jugadores siguieran destacándose en el exterior, y para que continuaran las visitas al país por parte de jugadores y equipos extranjeros. De hecho, el 29 de febrero de 1948 arribaron a Santo Domingo los equipos Dodgers de Brooklin y Reales de Montreal a fin de realizar entrenamientos de primavera. Con ellos vino la estrella Jackie Robinson, quien dos años antes había conseguido pasar a las grandes ligas, primer hombre negro en conseguirlo.
República Dominicana está sembrada de campos o academias de entrenamientos que mantienen los principales equipos de grandes ligas norteamericanos, entre ellos, los Yanquis, los Bravos de Atlanta, los Dodgers de los Ángeles, los Reales de Kansas y el Hiroshima Toyo Carp, de la liga japonesa.
Hoy en día, todos los equipos de béisbol profesional de las Grandes Ligas cuentan con sus academias en la República Dominicana. Puede obtener más detalles e informaciones de las mismas, aquí: http://mlb.mlb.com/dr/academies.jsp
República Dominicana se ha convertido en el principal lugar de entrenamiento de béisbol fuera de los Estados Unidos. Jóvenes jugadores dominicanos, estadounidenses, mexicanos, panameños, venezolanos y puertorriqueños se preparan y compiten en la Dominican Summer League (http://www.dominicansummerleague.com), mediante la cual se eligen los novatos que viajarán a los Estados Unidos para su posible incursión en una de las ligas norteamericanas.
Para ver noticias actualizadas, más información y algunas curiosidades sobre el béisbol dominicano en las Grandes Ligas, visite: http://mlb.mlb.com/mlb/features/dr/index.jsp
Equipos Dominicanos de Béisbol
Tigres del Licey
Fundado en 1907
Estadio Quisqueya
Tel: (809) 566-3261, (809) 567-3090
http://www.licey.com
Aguilas Cibaeñas
Fundado en 1937
Estadio Cibao
Tel: (809) 575-4310, (809) 575-1810, (809) 575-8250
http://aguilas.lidom.com/
Leones del Escogido
Fundado en 1921
Estadio Quisqueya
Tel: (809) 565-1910
http://www.escogido.com
Estrellas Orientales
Fundado en 1911
Estadio Tetelo Vargas
Tel: (809) 529-3618
http://www.estrellasorientales.com.do/
Azucareros del Este
Fundado en 1983
Estadio Francisco Micheli
Tel: (809) 556-6188, (809) 556-6189
http://lostorosdeleste.com/
Gigantes del Cibao
Fundado en 1997
Estadio Julian Javier
Tel: (809) 566-4882, (809) 588-8882, (809) 588-8854
http://gigantessfm.com/
Es el torneo de béisbol profesional más importante en Latinoamérica, donde participan equipos nacionales de República Dominicana, Cuba, México, Venezuela y Puerto Rico. Se dice que este evento annual nació en Cuba, en el 1949. República Dominicana participa en el mismo desde el año 1970. Los países se rotan cada año la sede del torneo.
¿Sabías que? República Dominicana tiene el récord de más campeonatos ganados en la Serie del Caribe (19, al año 2016), siendo el equipo de los Tigres del Licey los que más coronas han llevado a la República Dominicana, seguidos de las Aguilas Cibaeñas y luego de los Leones del Escogido.
Para más información sobre la Serie del Caribe, visite: http://mlb.mlb.com/mlb/events/winterleagues/league.jsp?league=cse
Enlaces de interés:
Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM): www.lidom.com
Tigres del Licey: http://licey.com
Águilas Cibaeñas: www.aguilas.com.do
Leones del Escogido: www.escogido.com
Estrellas Orientales: http://www.estrellasorientales.com.do
Gigantes del Cibao: http://gigantessfm.com
Toros del Este: http://lostorosdeleste.com
Grandes Ligas de Béisbol Profesional (Major League Baseball): http://mlb.mlb.com/home
Caribbean Baseball Hall of Fame: http://www.baseball-reference.com/bullpen/Caribbean_Baseball_Hall_of_Fame
Historias de las Series del Caribe: http://latinobaseball.com/?option=com_content&view=article&id=140&Itemid=6
Fuentes:
Béisbol en República Dominicana: Crónica de una pasión , Orlando Inoa y Héctor J. Cruz, Verizon, 2004.
Liga Dominicana de Béisbol Profesional (LIDOM)
Periódicos varios
Major League Baseball (MLB)
Lo Dominicano | All Things Dominican. GFDD, 2015.