Las Hermanas Mirabal, Patria, Minerva, María Teresa, y Bélgica (Dedé) son las hermanas Mirabal, oriundas de Ojo de Agua, Provincia Salcedo, República Dominicana. Fueron sus padres Don Enrique Mirabal y Doña Mercedes Reyes de Mirabal. Son reconocidas en la historia nacional como heroínas, al haberse destacado en la lucha contra el régimen trujillista de los años 1930-1961.
José Francisco Peña Gómez, nació el 6 de marzo de 1937 en la loma de El Flaco, Cruce de Guayacanes, Mao, y murió el 10 de mayo de 1998, en Santo Domingo. Su muerte dejó una historia política prominente, en la que trascendió líder del Partido Revolucionario Dominicano.
José Núñez de Cáceres, nació el 14 de marzo de 1772 en Santo Domingo, hijo de Francisco Núñez y María Albor. Se crió en la pobreza. Desde niño, demostró gran amor a los estudios, pero su padre, hombre de campo, miraba con desdén esa dedicación de su hijo. A los 23 años, se graduó de licenciado en Derecho Civil; formó una distinguida clientela y fue catedrático en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. Se casó con Juana de Mata Madrigal Cordero, con quien procreó seis hijos.
En 1780 fue nombrado Relator de la Real Audiencia en Puerto Príncipe (actual Camagüey, Cuba). Regresó luego de la Reconquista y fue nombrado Teniente Gobernador, Asesor General de Gobierno de Intendencia y Auditor de Guerra de la provincia de Santo Domingo. Al reinstalarse la antigua Universidad de Santo Domingo, en 1815, fue electo como su primer rector. Durante años, solicitó el cargo de Oidor de la Real Audiencia de Quito, pero encontró gran oposición en la Corte y no lo consiguió. Aparentemente esta decepción lo empujó a realizar trabajos revolucionarios para poner la colonia bajo el protectorado de Colombia. El 30 de noviembre de 1821 realizó el movimiento separatista y presidió la junta de Gobierno Provisional. Ante la falta de apoyo de Colombia, Jean Pierre Boyer, presidente de Haití, invadió la parte española. En febrero de 1822 Núñez de Cáceres entregó a Boyer las llaves de Santo Domingo.
Juan Pablo Duarte y Diez, nació en Santo Domingo el 26 de enero de 1813, hijo de Juan José Duarte y Manuela Diez. Luego de que las tropas de Toussaint L’Ouverture tomaron posesión de Santo Domingo en 1801, los Duarte fueron a residir a Puerto Rico. Regresaron luego de terminada la guerra de la Reconquista en 1809, cuando el país volvió a ser colonia española.
Desde pequeño, Juan Pablo demostró gran inteligencia y amor por los estudios. Estudió en la escuela de Manuel Aybar y siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros. En la adolescencia pasó a la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, con quien estudió Filosofía y Derecho Romano. A los 15 años salió rumbo a Barcelona, España. Poco se conoce de Duarte durante su permanencia allí. Reapareció en Santo Domingo en 1831. Realizó una intensa vida social que le ligó a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana, lo que le permitió percibir un sentimiento patriótico de rechazo a la presencia de los haitianos.
Francisco del Rosario Sánchez, nació en Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, hijo de Narciso Sánchez y Olaya del Rosario. Al parecer, no conocía a Juan Pablo Duarte cuando se fundó la Sociedad Secreta La Trinitaria, y por eso no figura entre sus fundadores, pero se integró tiempo después, ganó la confianza de Duarte y se convirtió en el segundo jefe.
Durante el exilio de Duarte, asumió la dirección del movimiento, con la ayuda de Matías Ramón Mella. En enero de 1844 redactó el Manifiesto de Independencia. Los independentistas lo eligieron Comandante de Armas. Presidió la Junta de Gobierno que dirigiría la república. Encabezó el 27 Febrero, en la puerta de El Conde, la proclamación de la independencia. Al organizarse la Junta Central Gubernativa, se impusieron los representantes del sector social más influyente y sólo Sánchez y Mella representaban a los independentistas. Tomás Bobadilla sustituyó a Sánchez en la Presidencia.
Matías Ramón Mella, nació el 25 de febrero de 1816 en Santo Domingo, hijo de Antonio Mella y Francisca Castillo. Adquirió para su primera juventud fama de hombre de valor. Se le reputaba como muy diestro en el uso de la espada y el sable. En 1835, a los 19 años, fue nombrado encargado de la común de San Cristóbal. Allí se dedicó también al negocio del corte de madera. Contrajo matrimonio a los 20 años con María Josefa Brea. Integró la sociedad secreta La Trinitaria y fue encomendado por Duarte para contactar y buscar apoyo de los adversarios del presidente haitiano Boyer, encabezados por Charles Herard. Derrocado Boyer, Mella fue al Cibao Central para propagar el ideal republicano. Cuando Herard, ya Presidente de la República, visitó la parte oriental, dispuso la prisión de Mella en Puerto Príncipe, donde permaneció dos meses. Los sucesos se precipitaron y, en ausencia de Duarte, se activaron los preparativos revolucionarios. Mella fue de los primeros en llegar a la Puerta de la Misericordia la noche del 27 de Febrero de 1844, ahí disparó el trabucazo y luego partió con los conjurados hacia la Puerta del Conde, donde proclamaron la República.
Juana Trinidad (Juana Saltitopa), nació en Jamo, La Vega. Se desconoce la fecha de su nacimiento. Fue una luchadora independentista dominicana que tuvo una destacada participación en la Batalla del 30 de Marzo de 1844. Juana Trinidad, al contrario de su hermana Mercedes, era una muchacha vivaracha, llena de energía, a quien le gustaba trepar en los árboles y saltar de rama en rama. Ello le ganó el mote de “Saltitopa”. Se le conocía como una persona ruda en sus gestos y acciones.
Máximo Gómez, nació en Baní, en 1836, hijo de Andrés Gómez y Clemencia Baéz. Fue alfabetizado por sus padres y luego recibió instrucción de su padrino, el cura Andrés Rosón, quien intentó inclinarlo hacia el sacerdocio. Se integró al ejército a los 20 años para pelear contra los haitianos. En 1858 alcanzó el grado de capitán. Alcanzó el grado de comandante en 1864, en momentos en que Santo Domingo se encontrata de nuevo bajo el dominio de España. Al proclamarse la Restauración, en 1865, se fue Cuba con el ejército español. En Cuba vio hechos que le hicieron cambiar su forma de pensar, como los malos tratos a los esclavos.
Santiago Rodríguez, Independentista y restaurador. Nació en 1809, hijo de Vicente Rodríguez y Josefina Massagó. Aunque nativo de la línea Noroeste, se crió en Santiago. Fue un hombre de ideales nacionalistas. Se inició en el uso de las armas durante la guerra de la independencia, en la cual alcanzó el grado de coronel. Al producirse la Anexión de la República, desempeñaba el cargo de alcalde Constitucional de Sabaneta. Continuó en el desempeño de este cargo pero no aceptó el nuevo estado de las cosas.
María Trinidad Sánchez, nació en 1794. Era hermana del padre de Francisco del Rosario Sánchez, por tanto tía del patricio. Ayudó a la causa independentista, y ella misma confeccionó la primera bandera dominicana. Después de la independencia, participó, junto a un grupo de febreristas en una conspiración para derrocar a Santana, pero fueron descubiertos.
María Trinidad fue una de las primeras personas arrestadas y fue condenada a muerte por haberse negado a decir los nombres de sus compañeros. Fue fusilada el 27 de febrero de 1845, en el primer aniversario de la independencia, junto a su sobrino, Andrés Sánchez.
Salomé Ureña de Henríquez, nació en Santo Domingo en 1850. Fue poeta y pedagoga. Todavía se le considera como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX y también innovadora de la educación femenina de la República Dominicana. Fue hija del también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza. Sus primeras lecciones las tomó de su madre Gregoria Díaz. Más tarde, su padre la llevó de la mano en la lectura de los clásicos españoles y franceses. Debido a ello, Salomé alcanzó una educación y formación intelectual y literaria que la ayudaría a codearse con el mundo literario. A los 20 años se casó con el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal, con quien procreó cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Su tercer hijo, Max, llegaría a ser una de las lumbreras humanísticas más destacadas de la América hispana en el siglo XX.
Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo), nació en Montecristi el 2 de enero de 1931. Desde muy joven, sus padres le comentaban sus experiencias en la intervención norteamericana al país en 1916, relatos que al parecer, contribuyeron al desarrollo de su actitud anti imperialista. Otro factor decisivo en su formación socio política fue el contacto con campesinos, mientras trabajaba en la finca de su padre. Se graduó de Bachiller en Filosofía y Letras en el Liceo Juan Pablo Duarte de la capital y obtuvo el doctorado en Derecho, en la Universidad de Santo Domingo. Allí conoció a Minerva Mirabal, ardorosa opositora de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, con la que se casó en noviembre de 1955. La invasión del 14 de junio de 1959 fortaleció en la pareja la decisión de crear un frente de resistencia al régimen. El 20 de julio de ese mismo año se dieron los primeros pasos para la organización del movimiento, que fue denominado 14 de Junio, teniendo a Manolo como su máximo dirigente. Al parecer, un infiltrado en el movimiento lo denunció ante el Servicio de Inteligencia Militar, que desató una persecución contra sus miembros. Manolo fue apresado en Montecristi en enero de 1960. Fue salvajemente torturado junto a otros compañeros en la cárcel La 40, en Santo Domingo. Luego fue trasladado a la cárcel de Puerto Plata y el 25 de noviembre de 1960, mientras se dirigían a visitarlos, su esposa Minerva y sus hermanas Patria y María Teresa, cuyos esposos también se encontraban detenidos allí, fueron asesinadas por esbirros de la tiranía, junto a Rufino de la Cruz, conductor del vehículo en que viajaban.
Pedro Francisco Bonó (1828-1906), pensador, considerado el primer sociólogo dominicano, economista, legislador y “magistrado grave y profundo”, al decir de Gregorio Luperón. Este hombre de ideas y de letras, autor de la novela “El Montero”, fue también una figura importante en la Restauración de 1865.
Antonio Duvergé Duval (1807-1855), militar, considerado el padre de la guerra ofensiva del período 1844-1849-1855. Alcanzó el rango de general de división por su papel en las primeras guerras independentistas que la nación libró contra los haitianos. Fue un destacado artífice y luchador en las batallas del 19 de Marzo, El Número y El Memizo. El prócer fue fusilado, junto a su hijo Alcides, por orden del general Pedro Santana, con quien tuvo desavenencias, el 11 de abril de 1855, en el cementerio de El Seibo.
Concepción Bona y Hernández (1824-1901), nativa de Santo Domingo, ferviente patriota que, junto a su prima María de Jesús Pina, confeccionó la primera bandera dominicana, concebida por Juan Pablo Duarte, la cual fue enarbolada por Francisco del Rosario Sánchez en el Baluarte del Conde, la noche del 27 de febrero de 1844, cuando se declaró la Independencia Nacional.
Juan Isidro Pérez (1817-1868), uno de los nueve fundadores de la sociedad secreta La Trinitaria, en cuya casa se constituyó la organización. Fue nombrado capitán de una de las compañías de la Guardia Nacional. La persecución haitiana lo llevó al exilio y regresó al proclamarse la Independencia. Fungió como secretario de la Junta Gubernativa hasta que Pedro Santana asumió el poder y lo expulsó del país a perpetuidad, junto a Duarte y otros trinitarios. Regresó en 1848 en el gobierno de Manuel Jiménes. Tenía ya señales de demencia, por lo que lo llamaban “el ilustre loco”. Falleció de cólera en el hospital militar de Santo Domingo, ciudad donde había nacido 51 años antes.
Pedro Alejandro Pina (1820-1870) nació en Santo Domingo y murió en Las Matas de Farfán. Fue de los fundadores originarios de la sociedad secreta La Trinitaria. Primo hermano del historiador José Gabriel García y de la militante independentista Concepción Bona. En él se conjugaron el abogado, el militar y el político. Padeció el exilio y regresó a territorio dominicano tras la anexión a España, con la expedición restauradora que comandó Francisco del Rosario Sánchez. Timoteo Ogando lo salvó del fusilamiento, lo llevó a Haití y desde allí volvió a Venezuela, donde había vivido junto a otros exiliados dominicanos.
Félix María Ruiz (1815-1891), independentista, fundador de La Trinitaria, de los encarcelados y expulsados del país por Pedro Santana. Luchó por llevar a la Presidencia de la naciente República a Juan Pablo Duarte. Permaneció en el exilio venezolano hasta su muerte. Sus restos reposan actualmente en el Panteón Nacional.
Juan Nepomuceno Ravelo (1815-1885), patriota, fundador originario de La Trinitaria, organización de la que se desvinculó posteriormente. Sirvió a los gobiernos de Santana, Jiménes y Baéz, y apoyó la anexión a España. Abandonó el país en 1865 al lado de las tropas españolas evacuadas, y fijó residencia en Santiago de Cuba, donde falleció.
Benito González Jiménez (1811-1883), miembro fundador de La Trinitaria. Participó en las actividades clandestinas en pro de la Independencia, con el seudónimo Leonidas, y estuvo en la puerta del Conde el 27 de febrero de 1844.
Jacinto de la Concha (1819-1886), febrerista y trinitario fundador. Se destacó como militar en las luchas independentistas, pero apoyó la anexión a España. Permaneció en el país tras la retirada de las tropas españolas y participó en los gobiernos de Buenaventura Báez.
José María Serra de Castro (1819-1888), político y militar, prócer de la independencia y fundador de La Trinitaria. Estableció el periódico El Dominicano, para incentivar los sentimientos nacionalistas que lo acompañaron a lo largo de su vida.
Felipe Alfau (1818-1878), trinitario fundador, destacado como militar en las batallas El Memiso y Sabana Larga. Recibió distinciones de héroe de la batalla del 19 de marzo. Sirvió a Santana y apoyó la anexión a España.
Rafael María Moscoso Puello (1874-1951), considerado el primer científico dominicano que estudió la flora nacional. Condujo gran parte de sus investigaciones botánicas en la ciudad de Santiago, en Santo Domingo, en Montecristi, en el pico Diego de Ocampo, en la Línea Noroeste y en San José de las Matas. Sus publicaciones incluyen la historia natural, la zoología y la geografía. Fue catedrático de la Universidad de Santo Domingo y director del Instituto Botánico hasta su fallecimiento. El Jardín Botánico de la capital dominicana lleva su nombre.
Francisco J. Peynado (1867-1933), abogado y autor –junto al Secretario de Estado norteamericano Evan Hughes– del Plan Hughes-Peynado para la desocupación de las tropas militares estadounidenses que invadieron la República Dominicana en 1916. El plan, redactado en 1922, contempló el establecimiento de un gobierno provisional que diera paso a elecciones libres y a una administración constitucional sin intervención extranjera. Peynado nació en Puerto Plata y murió en París.
Mauricio Báez (1910-1950), prominente líder sindical en las décadas de 1930 y 40. Nació en Sabana Grande de Palenque y creció en San Pedro de Macorís donde organizó más de 30 gremios laborales en la Asociación Local del Trabajo. Fue de los promotores de la huelga azucarera del 7 de enero de 1946 en demanda de aumentos salariales y la jornada de ocho horas de trabajo. Optó por el exilio en dos ocasiones. Se vinculó a los organizadores de la malograda expedición de Cayo Confites. En 1950 desconocidos lo secuestraron en Cuba y nunca se logró establecer su paradero.
Horacio Julio Ornes Coiscou (1922-1991), comandante del primer grupo de expedicionarios que intentó liberar al país de la dictadura de Rafael Trujillo. Llegó, junto a otros catorce expedicionarios, el 19 de junio de 1949 en el hidroavión Catalina que amarizó durante la noche en la bahía de La Gracia del municipio de Luperón. Fue la única nave que pudo llegar a territorio dominicano de las tres que estaban supuestas a constituir la invasión cargadas de hombres y armas. La expedición, que partió desde Guatemala, tuvo un fin trágico y pocos sobrevivientes, entre ellos Ornes, Tulio Hostilio Arvelo, José F. Córdoba, José R. Martínez y Miguel Feliú Arzeno, quien murió diez años después en la gesta de 1959.
Juan Rodríguez García –Juancito– (1886-1960), luchador antitrujillista, oriundo de Estancia Nueva, Moca, y uno de los hacendados más ricos del Cibao. Trujillo apropió sus predios, fincas ganaderas y bienes. En 1946 tomó el camino del exilio, financió y participó en la organización de las expediciones de Cayo Confites y la de Luperón. Su hijo José Horacio Rodríguez Vásquez fue de los expedicionarios de 1949 y luego comandó el grupo Maimón y murió en el desembarco del 20 de junio de 1959. Juancito Rodríguez se suicidó seis meses antes de que Trujillo fuera asesinado. Su hija, María Mercedes Rodríguez Vásquez –Doña Pucha- casó con Horacio Julio Ornes, estudió medicina en la Universidad de Santo Domingo, pero la dictadura le negó el título porque su padre se opuso a la dictadura.
Enrique Augusto Jiménez Moya (1913-1959), patriota dominicano, comandante de las expediciones armadas de Constanza, Maimón y Estero Hondo que comenzaron a llegar el 14 de junio de 1959 y que buscaban derrocar la tiranía de Rafael Trujillo. La gesta comenzó con el aterrizaje en Constanza de un avión C-46 Curtiss, con 54 expedicionarios que se internaron en las montañas. A esto siguió el desembarco del 20 de junio de 144 luchadores en las playas de Maimón y Estero Hondo. La mayoría de los combatientes fueron apresados y asesinados por el dictador, pero los historiadores afirman que este hecho marcó el principio de su fin.
Luis Amiama Tió (1915-1980), nativo de San Pedro de Macorís, declarado héroe del 30 de mayo, junto al resto de sus compañeros que planearon y ejecutaron la muerte del dictador Rafael Trujillo Molina el 30 de mayo de 1961. Era propietario de una empresa de transporte de carga llamada La Cigüeña. Había sido secretario particular de Virgilio Trujillo, hermano del tirano, y presidente administrativo del Distrito Nacional, en 1952. Su tarea en la conspiración fue la de ganar el apoyo del general José René Román Fernández, entonces secretario de las Fuerzas Armadas. Fue de los pocos que logró escapar la persecución y la muerte tras el tiranicidio.
Antonio Imbert Barreras (1920-2016) participó en la conjura para asesinar al dictador Rafael Trujillo, y escapó de la persecución desatada en contra del grupo. En 1962 obtuvo el rango de general ad vitam. Era piloto, y durante el régimen trujillista fue gobernador de Puerto Plata, su ciudad natal, en los años 40. Fue uno de los militares que apoyó el golpe de Estado al gobierno constitucional del Presidente Juan Bosch y fungió como Presidente de facto del llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional, en 1965, tras el estallido de la revolución constitucionalista.
Antonio de la Maza Vásquez (1912-1961), activista de la resistencia contra Rafael Trujillo en 1931 y uno de los que participó directamente en la muerte del tirano, hiriéndolo de muerte con sus disparos en 1961, en la avenida del Malecón, cuando se dirigía a su casa La Caoba, en San Cristóbal. Junto a su compañero de hazaña, general Juan Tomás Díaz, enfrentó a balazos a los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) que los perseguían, y murió en el trayecto al hospital militar Marión. En vida, De la Maza se dedicó a dirigir su industria maderera.
Juan Tomás Díaz Quezada (1905-1961), militar, jefe de brigada del Ejército, oriundo de San Cristóbal, creció como amigo de Trujillo, pero eventos relacionados con el terror político y episodios familiares lo alejaron del dictador. Comenzó la conspiración para asesinarlo con Antonio de la Maza y el abogado Ángel Severo Cabral. En junio cuatro de 1961 Juan Tomás murió en un tramo de la avenida Bolívar, de Santo Domingo, disparando contra los agentes del SIM que lo perseguían.
Modesto Díaz Quezada (1901-1961), hermano de Juan Tomás, ha sido considerado como el pensador más sereno del grupo que tramó el fin de Trujillo y de su dictadura. Fue quien reclutó a Amiama Tió, a Huáscar Tejeda y a Roberto Pastoriza. También, hizo contacto con Ángel Severo Cabral, proveedor de las carabinas M-1 que habrían sido suplidas por la embajada norteamericana en el país. Sufrió las torturas sin delatar a sus compañeros, según los testimonios, y Ramfis redujo su cuerpo “a un amasijo de carne” para luego fusilarlo en la Hacienda María.
Huáscar Tejeda Pimentel (1926-1961), oriundo de Yaguate, Baní, estudió ingeniería civil en una universidad de los Estados Unidos. Condujo uno de los vehículos que se usaron en la trama para matar al dictador Trujillo. El 18 de noviembre fue asesinado en la Hacienda María, por Ramfis Trujillo, junto a otros participantes en el complot.
Amado García Guerrero (1931-1961), integrante del grupo que mató al dictador Rafael L. Trujillo. Era miembro de la guardia presidencial, y le tocó suministrar la información sobre su ubicación. También fue uno de los que disparó a Trujillo y a su chofer. El dos de junio fue muerto a tiros por agentes del SIM que descubrieron su escondite en una casa de la avenida San Martín.
Salvador Estrella Sadhalá (1919–1961) formó parte del grupo de los héroes de mayo, enrolado al complot por Antonio de la Maza. De su casa partieron los conjurados y usaron su vehículo Mercury, que manejó Roberto Pastoriza. Se entregó al SIM y fue asesinado el 18 de noviembre de 1961.
Luis Manuel Cáceres, Tunti (1938-1961), sobrino de Antonio de la Maza, quien lo eligió como conductor del automóvil en el que iría, junto a Pedro Livio Cedeño y el teniente Amado García Guerrero, a emboscar al dictador Rafael Trujillo. Tras el arresto de su padre y un hermano, decidió entregarse, y fue asesinado el 18 de noviembre junto a sus otros compañeros.
Roberto Pastoriza Neret (1922-1961) nació en París, hijo de Tomás Pastoriza y Martha Neret. Cursó sus estudios secundarios en Santo Domingo y se graduó de ingeniero civil en la Universidad de Santo Domingo, en 1946. Se integró al movimiento para ajusticiar a Trujillo sensibilizado por la expedición de 1959 y el asesinato de las hermanas Mirabal. Se programó que el auto que conducía fuera la última línea de la emboscada. Fue apresado el primero de junio, en su residencia, junto a su esposa, María Alemán (Blanca), quien estuvo tres meses en la cárcel La Victoria. Pastoriza fue torturado y conducido desde la cárcel La 40 a la Hacienda María, donde Ramfis Trujillo lo mató.
Miguel Ángel Báez Díaz (1914-1961), primo de Juan Tomás y Modesto Díaz, tenía el encargo de confirmar la salida de Trujillo de la ciudad, lo que hizo en sendas llamadas telefónicas. Fue apresado, sometido a indecibles torturas y obligado a presenciar el fusilamiento de su hijo Miguelín, de 22 años. Ninguno de los cuerpos fue recuperado por la familia.
Ernesto de la Maza (1917-1961), agrónomo hermano de Antonio de la Maza, asesinado en la cárcel La Cuarenta el primero de junio de 1961. Involucrado en la trama para matar a Trujillo, fue arrestado en La Vega y torturado en la silla eléctrica. Murió carbonizado. La represalia se extendió a otros dos hermanos, Mario y Bolívar de la Maza, acribillados en La Vega el 31 de mayo. Ese día fueron asesinados en el penal La Victoria los prisioneros políticos Segundo Imbert, hermano de Imbert Barreras, y Rafael Augusto Sánchez.
Pedro Livio Cedeño (1911-1961) fue uno de los participantes directos en la trama contra el dictador Trujillo, en la que resultó herido en una pierna y conducido a la Clínica Internacional, donde fue operado por el doctor Marcelino Vélez Santana. Agentes del SIM lo apresaron en el centro médico, y confesó el complot con los nombres de los implicados. Fue de los asesinados por Ramfis en la Hacienda María.
José René Ramón Fernández –Púpo– (1911-1961), mayor general, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, implicado en la trama para asesinar al dictador Trujillo. Estaba casado con Mireya García Trujillo, sobrina del tirano. Según confesó en un interrogatorio, Amiama Tió lo abordó por encargo de Juan Tomás Díaz para enrolarlo en la conspiración con la promesa de que presidiría una junta cívico-militar que sustituiría a la tiranía. Jack Bennet, entonces cónsul norteamericano en República Dominicana, habría dado seguridades de que el Departamento de Estado aceptaba la candidatura de Román. Tras su arresto el 5 de junio de 1961, Román fue acusado de traición, sometido a torturas extremas y fusilado. Su hermano Ramón Román Fernández –Bibín– fue también apresado y torturado. Dos hijos de Púpo, Alvaro y José René, sufrieron prisión, pero fueron salvados por su abuela Marina, la hermana mayor de Trujillo, que logró sacar del país a su hija Mireya y a sus nietos, con destino a Estados Unidos.
Fuentes de referencia:
www.educando.edu.do
www.ecured.cu
www.enciclopediadetareas.net
Periódico Listín Diario
Museo Memorial de la Resistencia Dominicana
Instituto Dominicano de Genealogía Inc.
Papeles de Pedro F. Bonó, por Emilio Rodríguez Demorizi, segunda edición 1980.
Historia dominicana en gráficas/Facebook.com/texto del interrogatorio realizado por Ramfis Trujillo al general Púpo Román, extraído del libro Trujillo, el tiranicidio de 1961, del historiador Juan Daniel Balcácer
www.movimiento30dejuniord.wordpress.com