La República Dominicana muestra uno de los crecimientos poblacionales más destacados de América Latina: de alrededor de medio millón de habitantes a principios de siglo XX, a 10 millones en el año 2016. Hoy la población urbana es más numerosa que la rural y la aglomeración de Santo Domingo tiene cerca de 3 millones (censo 2010) de habitantes.
Esta población creciente en una isla de recursos limitados, ejerce una presión importante sobre los servicios ecosistémicos existentes. Si a esto agregamos la principal actividad económica, el Turismo, que anualmente supera ya los 5 millones de visitas y se perfila a cumplir la meta de alcanzar 10 millones al 2020, la producción de bienes para la población y los turistas ejerce una presión sobre el territorio, y en especial sobre los principales activos del turismo: la calidad de las playas, la variedad de paisajes y el patrimonio monumental y cultural.
El cambio climático constituye una realidad incuestionable en el mundo de hoy y se ha demostrado de manera científica que este posee un origen antropogénico, es decir, provocado por los seres humanos. Desechos industriales, el transporte y la energía eléctrica basada en los combustibles fósiles han contribuido significativamente a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera del planeta, lo cual, a su vez, eleva las temperaturas y produce modificaciones en el clima.
En el Global Climate Risk Index 2015 realizado por German Watch, República Dominicana se encuentra en el octavo lugar y entre los diez países más afectados por el cambio climático en el período 1993-2013, esto evidencia la necesidad de establecer políticas orientadas hacia la planificación de ciudades preparadas para responder a los efectos del cambio climático. Existen algunos avances, y los principales antecedentes que formalizan los compromisos asumidos en República Dominicana con respecto al cambio climático pueden ser resumidos en el Decreto 601-08 que crea el Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, para formular, diseñar y ejecutar las políticas públicas necesarias para la prevención y mitigación de las emisiones de los GEI.
El análisis de los Puntos Críticos de Vulnerabilidad al cambio climático en la RD, elaborado por USAID, muestra que 13 provincias (alrededor del 40%) presentan niveles de vulnerabilidad de alta a muy alta. Entre las provincias más vulnerables se encuentran Pedernales, Bahoruco, Barahona, Elías Piña, El Seibo y Santo Domingo. A estas les siguen La Altagracia, San Pedro de Macorís, Monte Plata, Peravia, Monte Cristi y Valverde.
A nivel nacional tanto las temporadas de sequía como de lluvias torrenciales se han intensificado, ambas produciendo daños a la producción agrícola. Particularmente en Santo Domingo estos daños han provocado, en temporada de sequías, la escasez y alza de precios en productos de la canasta básica como el plátano, y en las temporadas de lluvia las inundaciones paralizan la ciudad y provocan daños a la infraestructura, que no está preparada para mitigar o adaptarse a los efectos del cambio climático.
Otras problemáticas tan importantes como estas han surgido en las zonas turísticas del país. En la República Dominicana la actividad económica principal es el Turismo, aportando el 4.5% del PIB, especialmente el turismo de sol y playa que al mismo tiempo y por nuestra condición de isla es el ecosistema que se ve más afectado por el cambio climático, las políticas de suelo o los impactos ambientales de los desarrollos urbanos en polos turísticos.
(Zonas con Amenazas a inundaciones. Fuente: Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales)
En cuanto a la subida del nivel del mar las principales zonas afectadas y que han perdido frente de playa son precisamente aquellas zonas donde en inicio las infraestructuras se han construido encima de las dunas protectoras de la playa o sus sistemas naturales asociados, por lo que la ocupación del suelo sin tomar en cuenta las características ambientales ha sido a largo plazo uno de los principales componentes que agrava la pérdida de arena y espacio de playa, especialmente en el caso de las infraestructura que han ocupado zonas de manglar y/o drenado humedales.
Debido a su ubicación y características geográficas, la República Dominicana presenta una elevada exposición a fenómenos naturales que se han agravado a causa del Cambio Climático y producen de manera reiterada situaciones de emergencia y desastres de diferente envergadura. Las condiciones topográficas y orográficas en combinación con factores sociales, económicos y demográficos exacerban las condiciones de riesgo.
La República Dominicana es muy vulnerable a huracanes por hallarse en la ruta de la región subtropical. Un ejemplo de estos efectos fue los pasos de las tormentas Olga y Noel en el año 2007. De acuerdo al CEPAL, los costos de estas tormentas ascendieron a pérdidas totales de 439 millones de dólares (1.2% del PIB), con el 70% de la población afectada directa o indirectamente; además de 75,000 damnificados directos. El principal sector afectado fue el agrícola.
Otras proyecciones, como la de Stockholm Environment Institute y Tufts University (2008) muestra los posibles costos por inacción ante Cambio Climático de la RD. Establece que en daños por huracanes, pérdidas en el turismo y daños a la infraestructura por aumento del nivel del mar podría ascender hasta un 10% del PIB en el 2025. Otro dato importante es el de los ingresos brutos procedentes de la pesca que dependen de los arrecifes de coral, han disminuido en un 60% en los últimos diez años (de 41 a 17 millones de dólares).
(Zonas con Amenazas a inundaciones. Fuente: Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales)
Textos extraídos y adaptados del Atlas de Biodiversidad, Santillana.
La deforestación en la isla es un problema crítico, sin embargo, gracias a los programas de reforestación implementados para evitar la pérdida de la cobertura boscosa actual con la de 1996, esta ha incrementado de un 27.5% a un 39.7% en 2012, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La deforestación, el uso de técnicas inadecuadas de cultivo y el sobrepastoreo, son las causas principales de la erosión del suelo.
Un territorio deforestado provoca la erosión de los suelos, la contaminación de las aguas dulces y la sedimentación marina. Se entiende por erosión del suelo a la pérdida progresiva de los elementos que lo componen debido al arrastre y transporte del agua y del viento. La erosión es un proceso natural, sin embargo la intervención humana puede acelerarla.
Las plantas con sus raíces, retienen el suelo evitando que el agua y el viento, entre otros factores, lo remuevan. Al estar deforestadas las montañas, el arrastre del suelo no permitirá fácilmente que las especies de vegetación propias de esas zonas vuelvan a colonizarla de forma natural, porque el sustrato pierde la fertilidad. Todo este suelo arrastrado tarde o temprano llegará a los ríos y luego al mar, provocando la muerte de los corales, entre otros organismos marinos que necesitan aguas transparentes para la sobrevivir.
(Zonas de Reforestación y Viveros Forestales. Fuente: Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales)
Un problema que ha ganado terreno en los últimos años es el de la deforestación para producción de carbón. Este problema es una de las amenazas más fuerte a nivel binacional, concentrándose la mayor tala ilegal para hornos de carbón en los alrededores de la región del Lago Enriquillo. Este trabajo lo hacen haitianos y dominicanos, en el caso haitiano casi la totalidad de la cocción de alimentos se realiza a base de carbón, y en el caso dominicano el carbón se comercializa y hasta cruza la frontera con el objetivo de ser exportado.
Textos extraídos y adaptados del Atlas de Biodiversidad, Santillana.
Contaminación del agua
Al hablar de contaminación del agua, se toma en cuenta la contaminación fluvial, y la costero-marina. El agua es un compuesto indispensable para la vida; si está contaminada puede transmitir un sinnúmero de enfermedades. Entre los principales contaminantes del agua podemos mencionar las bacterias, los virus, los protozoos, los metazoos (gusanos), los metales, nitratos, fluoruros e hidrocarburos. Otro factor que afecta la calidad de este líquido es el vertimiento de agua caliente en los causes. Este tipo de contaminación, producida por el cambio brusco de temperaturas, recibe el nombre de contaminación térmica.
A pesar de los reglamentos existentes en el país para evitar el vertimiento de contaminantes en las aguas, esta es una práctica común de las industrias, complejos turísticos y zonas urbanas. Dicha práctica ha provocado que gran cantidad de ríos, playas y lagunas estén contaminados, como en los casos del tramo costero de las provincias de Azua, Barahona, La Altagracia, Puerto Plata, Samaná y Montecristi.
Contaminación del aire
Se dice que el aire está contaminado cuando ciertas sustancias, tales como gases y aerosoles, se encuentran en concentraciones dañinas para el ser humano y otros organismos. Existe un gran número de contaminantes, que se clasifican en primarios y secundarios: los contaminantes primarios son los compuestos que se emiten directamente a la atmosfera como resultado de combustiones o de otro tipo de reacciones químicas. Por ejemplo, el monóxido de carbono (CO). Los contaminantes secundarios son los que se forman en la atmósfera a partir de reacciones químicas entre un contaminante primario y otros del aire. Los contaminantes secundarios pueden provocar, al intervenir la luz del sol, lo que se conoce como smog fotoquímico, observado con más frecuencia en las ciudades industrializadas, como si fuera neblina o humo.
Los focos de contaminación del aire en el país son las zonas industrializadas tales como Haina, Santiago, Distrito Nacional y San Pedro de Macorís.
Contaminación por residuos sólidos
En la naturaleza se producen residuos sólidos tales como las ramas, las hojas, los excrementos de animales y cadáveres, entre otros. Sin embargo, gracias a los procesos de descomposición, los residuos sólidos no se acumulan, sino que son reciclados, en ocasiones, en muy corto tiempo, Por tal razón estos desechos no son los causantes del gran problema de contaminación mundial existente debido a los residuos sólidos, sino los residuos urbanos.
Los residuos urbanos se pueden definir como aquellos que se producen en las ciudades, resultantes de las actividades domésticas, industriales y de oficina, entre otras. En la República Dominicana, el manejo de la contaminación por residuos sólidos se vuelve cada vez más cuesta arriba. Esto se debe a que no existe en el país una gestión adecuada, además de falta de recursos económicos, maquinarias y un plan intensivo de educación para el correcto manejo de los desechos urbanos. Tarde o temprano, el país deberá enfrentar esta problemática, puesto que, incluso, los vertederos existentes se encuentran en situaciones críticas, debido a la acumulación de los desechos sin un reciclaje efectivo.